"El Fan"



La pasión vs, el negocio. La disyuntiva de terminar o no con un vínculo comercial.
Por Chanelle Noir.

Hipótesis:
Tiene alrededor de 25 años y es hermoso. Músico. Los músicos tienen un plus, nadie lo duda; a un músico sí podríamos creerle eso de “Pago porque quiero” o “prefiero este tipo de relaciones para evitar el compromiso”. Un hombre que tiene una guitarra y sabe tocar “El Oso” tiene mayores posibilidades de ponerla que cualquier persona que carezca de esa habilidad; si además sabe algún otro tema, tiene una banda y está bárbaro, casi podríamos asegurar que estaría en condiciones de seducir a cualquier mujer en el mundo. Lo que queremos decir es que con mucho agrado nos lo cogeríamos de onda. Sin embargo, resulta ser que encima paga bien y nos hace regalitos: un hush, un cogollo de su propia cosecha. Así da gusto.

Como si todo esto fuera poco, es un habitué, lo que Romi y yo llamamos “un abonado”. Nos llamó por primera vez para que le firmáramos la revista, y a partir de ahí se buscó un día y un horario, como si fuera la cita con el dentista o con el pedicuro, pero con sexo y faso. Para nosotras es mejor que salir con nuestro novio, nos producimos para ir a su casa como si fuéramos a una fiesta. Generalmente, nos encontramos una hora antes para fumarnos uno, maquillarnos, pasarnos la planchita y elegir nuestros mejores vestidos y nuestro mejor perfume.

Nos gustaría encararlo y decirle la posta: te cogemos de onda, ya fue. No pagues más. Que paguen los casados, los que cogen de traje y con el portafolios en la mano. Los que usan quincho, y encima se lo peinan para el costado. Que paguen los que cogen para escribir en un foro “higiene de rigor”, los que hacen la “tablita” y ponen “Tetas: 8 puntos , Culo: 7 (no entrega) Depto: Bien, con aire”. Que paguen esos. Vos no.

Tesis:
Romi: Es oneroso, pero estuve a punto de decirle que no le cobraríamos más.

Chanelle: ¡Yo también!

Romi: Pero cuando viene con la plata y encima nos deja propina, me muero de amor. Mal. Encima nos hace regalitos y te pide que le firmes las revistas. A mí me metió en la cartera una foto suya en su jardín para que mandes a la redacción.

Chanelle: ¡A ver! Mmm Qué lindo que es. Mmm.

Romi: ¿Qué te quedaste pensando?

Chanelle: Que a él le debe cerrar vernos con plata de por medio. Paga y sabe que nos ve cuando quiere, que no lo vamos a molestar…y, la verdad que no está mal.

Romi: Para nada. Debería existir como un tipo de relación standard.

Chanelle: Claro. Algo así como “sólo me interesa fumar un porro y echarme un polvo, que no haya nada especial entre nosotros dos. Así que, acá tenés tu dinero”.

Romi: Sería genial. Pero la mayoría de la gente es demasiado hipocondríaca para admitir que le gustaría aceptar una relación así.

Chanelle: Hipocondríaca…mm…seh.

Romi: Me regaló un libro para mi colección. Viste que yo siempre hablo de la importancia de la cultura y de los libros. Son una necedad.

Chanelle: ¿Qué te regaló?

Romi: Un diccionario. ¿No ves que es un amor?

Conclusión:
Este caso es tan complicado como el del cliente que viene con olor a puerto o el que quiere un “pete sin” después de pasarse una tarde trabajando en el techo de su casa, en pleno verano. Romi y yo fumamos un delicioso cogollo, mientras nuestro cliente está en su habitación llamándonos un taxi. Los Rocas, la generosa propina y los “regalitos verdes” de su cosecha descansan sobre la mesa del living mientras nosotras reflexionamos.

La relación puta-cliente es como la de un psicólogo con su paciente. No debería trascender. Romi separa el dinero de los regalos y me mira. Yo tomo el rollito de Rocas, los cuento y le doy a ella la mitad. No seas boba, le digo. Si le dejamos de cobrar, nos va a cambiar por otra que sí le cobre.
Nuestro cliente aparece en el living, repentinamente.
-Esto es lo bueno de pagar- nos dice- .Me echo un polvo y ahora cada uno a su casa.
-Se supone que ese es el tipo de cosas que se piensan, pero no se dicen –observo.
-Pero yo lo puedo decir –concluye-, porque estoy fumado.

Se ríe a carcajadas y nos acompaña hacia la puerta para despedirnos.

Publicado en la revista THC en marzo de 2010